Ser presidente de la FAEL: Manuel Pedraza nos lo cuenta

– ¿Desde cuándo eres miembro de la FAEL?

Desde diciembre de 2012, si no me equivoco, que las fechas se me olvidan fácilmente. En esas fechas me incorporé a la junta de la FAEL en calidad de representante de AREL, la asociación republicana española de Luxemburgo. Al principio ejercí las funciones de secretario de la Federación, presidida entonces por Pablo Sánchez.

– ¿Y desde cuándo eres su presidente?

Desde noviembre de 2014 puesto que las asambleas generales anuales de la FAEL se celebran tradicionalmente en otoño o invierno. Cada dos años se renueva la junta en cuyo seno se elige al presidente de la Federación. Habrá pues una nueva junta y un nuevo presidente dentro de cinco o seis meses. ¡Los interesados ya pueden ir preparando sus candidaturas!

– ¿Cuál es el primer objetivo de la FAEL que queréis impulsar a través de la Federación?

La Federación es una plataforma que reúne a una serie de asociaciones de españoles en Luxemburgo cuyo número no deja de crecer. Tiene lógicamente como finalidad representar a estas asociaciones ante las autoridades luxemburguesas y españolas y defender sus derechos. Quiere ser su portavoz y facilitarles las gestiones administrativas y las relaciones con las autoridades y con los otros miembros del tejido asociativo luxemburgués. Desde hace más de dos años les ofrece también un lugar de acogida, de trabajo y de encuentro en el Centro Español Lucien Wercollier, 27, rue de Strasbourg, donde trabajan dos voluntarias muy animosas y eficaces que son Laura y María.

– ¿Prevés nuevos proyectos para el futuro?

Trabajamos desde hace tiempo en varios proyectos a largo plazo. El «Proyecto Memoria» es el más emblemático. Consiste en organizar los documentos y testimonios de la presencia española en Luxemburgo desde los años setenta. A partir del material de la FAEL y del que ha reunido procedente de numerosos españoles de Luxemburgo se ha propuesto organizarlo y clasificarlo antes de digitalizarlo y archivarlo para convertirlo en un testigo único de gran parte del siglo XX. Recientemente se le ha dado un formidable impulso gracias al trabajo de María, sobre todo, y de Laura, con la inestimable colaboración de nuestro amigo José Andrés González Pedraza, profesional de la documentación y del archivo que nos orienta con sus consejos y su larga experiencia.